Riobamba la «curuchupa»

Actualidad

By. Marcelo Jijón Paredes cronista & editor

Históricamente una ciudad – “muy noble y leal” – pero además de mucha convicción religiosa católica, que ha marcado la presencia, de generación en generación, la costumbre de una misa dominical, el rezo del rosario, los templos y conventos como parte de una fuerte identidad que lucha contra la modernidad, aunque la batalla está compleja, si vocación ya no hay y nadie deja a sus hijas con la dote y peor pensar en que el varón de la casa vista los hábitos.

Riobamba es una construcción religiosa novedosa, desde la fuerte convicción de respeto a las comunidades religiosas, los curitas y monjitas, hasta un proceso diferente de reivindicar a la iglesia con “curas rojos” como Proaño y compañía desde la Teología de la Liberación y la lucha con los indígenas.

La Catedral tiene una dualidad importante, el mestizo e indígena referenciado en su altar mayor y no precisamente el blanco y español otrora dueño de estas tierras, por acá se habló de la iglesia de los pobres, aunque el último obispo, un español, terminó convirtiéndose en todo lo contrario y consolidando una fortuna desde la Curia y nadie ha dicho nada.

Y es que la historia también relata hechos vergonzosos como el del Luterano, que lo tiene como símbolo representado en el escudo de la ciudad, pues una versión refiere que nobles caballeros mataron con sus espadas al blasfemo, pagano y ateo, sin que su sangre manchara el piso de la Catedral, pero otras crónicas refieren que era un hombre europeo que vía lejos de la ciudad pero ayudaba a sanar a los más pobres….

Riobamba son sus templos, llenos de cantos y misales, cáliz y hostias, además de impresionantes obras pictóricas entre sus paredes, vitrales y tumbados, que decir de esculturas que refieren un tiempo donde el artesano se exculpaba haciendo el mejor de los trabajos.

En la construcción de las costumbres de la Riobambeñidad está llegar a mis los domingos, participar de la Misa de Gallo, visitar las 7 iglesias el Jueves Santo, santiguarse cuando se pase por el Oratorio del Señor de la Justicia, poner velitas en la Loma de Quito, confesarse y hace penitencia….

El riobambeño de antaño reza y mucho, por su familia y la salud, por el alma de los fieles difuntos, porque haya trabajo y se proteja a las hijas y los hijos, si hay un templo abierto se toma unos minutos para ingresar santiguarse, arrodillarse y concentrar su fe en absoluto silencio.

La ciudad es también la vendedora de ceras, de la botella pequeña o grande, para llevar el agua bendita y ponerla en la casa que va a estrenar, son los escapularios y además las figuras que se tienen en casa y lo venden en la Curia o en la Loma de Quito, es el pago de la misita por el alma del familiar o el Niñito, “limosnar” es muy común en las familias que tienen sus oratorios entre incienso y focos de color.

Me crie con la fe absoluta de mi abuela que me llevaba a la misa de La Carmelitas y la Loma de Quito en la primera me gustaban las voces de las monjitas que no las mirabas y pensaba en lo triste de la vida de los pordioseros que pedían limosna a la salida, en la segunda me molestaba tanta gente que no me permitía ver nada, siempre estaba llena ¡muy llena!

A la Catedral iba más movido por el deseo de ver a la guapa riobambeña que quería conquistar que por la devoción, lamentablemente se enamoraba del más guapo del colegio y ni rezando estuvo entre mis brazos; para muchos cauchos del San Felipe como yo, estar en la Capilla y la Basílica del Colegio es particularmente especial, pues allí escuchamos la misa semanal dada por el Padre Ayerve, Benítez, Echeverría o Boada, este último ¡récord absoluto! misa de 25 minutos y despachados los feligreses, la advocación que la comunidad jesuita nos hace a la Madre Dolorosa supera tenerla en la billetera, es más sin duda mucho más….

Pero la ciudad vive en las contradicciones religiosas y de fe; se robaron la Custodia de Riobamba y a mas de recuperar fragmentos nada se ha hecho, se cuenta que está completa en casa  de algún coleccionista como cuento urbano, como aquel que refería que vendiéndola se podría pagar la deuda externa del Ecuador, la paradoja ese Monasterio vive una etapa crítica de recursos económicos, que no le permiten ni siquiera reparar el techo de la Iglesia de la Concepción, peor proteger como se debe un patrimonio religioso en su museo.

Esta ciudad católica, apostólica y española no tiene por varios meses Obispo titular, hace las veces el de Cuenca, viene muy poco y nadie dice nada, se mira muchos sacerdotes en carros de alta gama y muy pocos comprometidos con los pobres con zapatos viejos y abrigándose con un poncho. Por acá en la mismísima Loma de Quito y la Concepción escuché a sacerdotes mandar a callar a los niños que “lloran e interrumpen en el templo de Dios” y por cierto en el sector rural una primera comunión supera los 50 dólares que debe pagar el padrino por el certificado….. en fin “la hipotenusa” como dicen en las redes sociales… 

Y hay otra contradicción, pero esta es hermosa, pues junto al cristo mestizo del maestro Osvaldo Viteri – está el sol y la luna, los Dioses de nuestros antepasados, vinculados a la naturaleza desde otras perspectiva y de verdad es saludable pensar que la divinidad puede ir más allá de eso que nos dijeron en el catecismo lleno de versiones creadas para consolidar un poder entre el miedo y las prebendas, lo divino es también el entorno y seguiré pensando que para hacer lo correcto, no necesitas estar golpeando tu pecho el domingo y rezando 20 padres nuestros y otro tanto de ave marías….

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