“Solo quiero a mi hija, por qué le hicieron eso”, repetía la madre de Emily de apenas ocho años, quien, según el médico legista, Julio Banda, habría sido estrangulada, “se está estudiando con las algunas pruebas para determinar si existió abuso sexual”, señaló.
El ambiente, pese al intenso sol de la mañana, se tornó lúgubre, entre el dolor y la muerte. Los padres de la desafortunada menor, estaban desechos, no encontraban explicación del por qué asesinaron a su pequeña de esa manera tan violenta.
Emily había desaparecido desde las tres de la tarde, sus padres estaban trabajando en la agricultura. Cuando se percataron que no regresaba su hija, empezaron a buscarla, “llamamos a la Policía y con ellos pudimos encontrarla sin vida en el sector de Cochapamba, perteneciente a la parroquia Huigra (Chimborazo), en un lugar muy alejado”, contó Manuel L., padre de la pequeña.
Mientras se le quebraba la voz, detalló que su hija llevaba un buzo de cuello alto, los moretones estaban por doquier, especialmente en la cara y garganta. “Estaba orinada, pudo ser por el dolor y el susto, solo queremos que se haga justicia y que atrapen al responsable, no quisiera que esto le pase a otros niños que andan por el campo”, dijo Manuel, mientras miraba el féretro que usaría su hija aún incrédulo de lo sucedido. Los padres ingresaron a una camioneta de alquiler y se fueron a cumplir los trámites rigor, mientras le practicaban la autopsia a su hija.
Último adiós
Una mujer llegó con un ramo de flores y lloraba desconsolada, se trataba de su maestra, Gardenia Cuadrado. “Con la mano en el corazón y lágrimas en mis ojos te digo adiós, Emily”. La niña fue una de las mejores estudiantes, pese a estar en modalidad virtual, nunca dejó de presentar tareas. Hace apenas dos días, mantuvieron una conversación por chat, en los mensajes de voz decían:
Emily: “buenas tardes, señorita, mi muñeco le formé con frutas”;
Gardenia, “Que hermoso, ¿me puedes regalar para comérmelo?”;
Emily, “cuando venga, le voy a regalar bastante manzanas, cuídese mucho para volvernos a encontrar, la extraño mucho”.
No es cómodo escuchar una voz llena de ingenuidad y con un mensaje de generosidad, pensando lo que pudo haber pasado, si al final se percibía alegría y esas manzanas no llegarán a la destinataria que se suma al dolor de la familia.
La niña estudiaba en la unidad Educativa “Eloy Alfaro” en Huigra, el ocho de junio estaba más inquieta, a decir de los maestros, tenía carisma, siempre saludaba con las dos manos, en la pequeña pantalla por donde se miraban a diario. También conversaban por el chat, fue la última vez que escucharon su voz y que recibieron sus tareas, dicen como una despedida.
Investigación
Personal de la DINASED y Fiscalía se encuentran realizando las investigaciones, los deudos aspiran que pronto den con el paradero del autor del hecho, que ha causado conmoción social en la localidad y en Riobamba.
“No puedo creer que tengan el corazón tan duro y frío para asesinar a una niña de ocho años, las autoridades deben aplicar todo el peso de la ley a estas personas”, declaró, Matilde Alvarado, quien se condolió con los deudos.
El cuerpo de Emily, fue trasladado hasta su tierra natal, donde deberán brindarle cristiana sepultura de inmediato, por los protocolos que exige la emergencia sanitaria. La familia es de escasos recursos económicos, tuvieron que fletar una camioneta para poder movilizarse.
