Especial: Violencia contra la mujer, más que un problema social

Actualidad

En el Ecuador 6 de cada 10 mujeres sufren violencia de género; el 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia. La violencia contra la mujer no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural 58,7%, según la  Encuesta de Violencia de Género realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

 

En  la actualidad,  hablar de violencia de género no solo es un modismo, implica una problemática social que se manifiesta cotidianamente en todos los sectores,  sin importar clase social, ideologías o raza.

A diario escuchamos sobre casos de violencia hacia la mujer, niños, niñas y nuestra provincia no es la excepción; lo vemos en todos lados  en la calle, en el hogar, con la pareja, con los hijos, en las unidades educativas, en el trabajo. Esta es una realidad tan cotidiana, que llegamos a considerarla como algo normal; pero no es así, en el caso de que la afectada sea una mujer,  se denomina violencia de género y es una vulneración a los derechos humanos.

En el Ecuador 6 de cada 10 mujeres sufren violencia de género; el 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia. La violencia contra la mujer no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural 58,7%, según la  Encuesta de Violencia de Género realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Existen diferentes tipos de violencia hacia la mujer. La psicológica, con mayor incidencia en el país, la más común, con un 53.9%, se evidencia en comportamientos intencionados con el fin de desvalorizar a la mujer, destruir su autoestima y confianza, lo que le lleva a perder su personalidad y adquirir dependencia del hombre.

La  física,  se caracteriza por el uso de la fuerza para intimidar, controlar o forzar a la mujer a hacer algo en contra de su voluntad. La sexual,  se caracteriza por la intimidación o la amenaza a realizar un acto sexual o acciones sexuales no deseadas. Económica y patrimonial, se refiere a la limitación o control de recursos económicos, condicionándolos y poniendo en riesgos la supervivencia de la mujer, todas en el país tienen una sanción.

Toda mujer merece respeto y trato igualitario,  a través del tiempo  muchas mujeres han sido violentadas en sus derechos y muchas veces se refieren al género. Por el hecho de ser mujeres  se ha minimizado y hasta invisibilizado sus capacidades intelectuales.

En el país se han dado hasta el momento, alrededor de 100 casos de femicidio, en su mayoría han sido provocados por las propias parejas. En la provincia de Chimborazo,  se han registrado oficialmente, 4 casos de femicidio, de mujeres jóvenes que no pasan los 26 años.

La Fundación “Nosotras con Equidad”,  que brinda atención en el centro a víctimas “Gaby Díaz”, está  ubicada en las calles Guayaquil y Benalcázar de la ciudad de Riobamba y ac

oge a víctimas,  a través de dos equipos conformados por dos psicólogas, dos abogadas y dos trabajadoras sociales que están dispuestas a mejorar la vida de las mujeres. La fundación fue creada con la finalidad de velar por los derechos de las mujeres y de sus hijos grupos vulnerables en la sociedad, dice la abogada María Yaulema coordinadora de la fundación.

 

 

Aquí la ayuda está orientada a  guiar a las víctimas en los diferentes procesos para la demanda de su agresor y de esta manera poder reinsertarse en la sociedad, “como una mujer valiente que decidió decir basta”, señalan.

 

Los patrones socioculturales son algunos de los principales motivos por los que las mujeres deciden callar,  pues no solo hay víctimas directas sino también indirectas y son aquellas que a diario tienen que vivir con una mujer violentada.

María Yaulema, invita a las mujeres a tomar conciencia y hacer respetar nuestros derechos.

Testimonio

La llamaremos Elisa, para proteger su identidad. Tan solo cuenta con 15 años de edad, era una niña, relata, Era constantemente acosada por su padrastro, poco a poco ella trataba de contar con su madre pero ella nunca le creía, la llamaba “mentirosa” y “ofrecida”, diciéndole que ella se le ofrece a su padrastro. Como muchas mujeres decidió callar y vivir con ese tormento en silencio; su padrastro la violaba cuantas veces él quería y así resistió 3 años en silencio; después de haber acumulado tanto odio a su madre y a su padrastro,  a todo hombre lo consideraba iguales, sus ojos denotaban tanto odio e incomprensión que se dejó morir en vida, no comía, no dormía, solo quería morir y acabar con el tormento. Elisa sufrió anorexia crónica, llevándola casi a la muerte y de no ser por esta condición ella no hubiera salido de su casa a enfrentarse a ella misma y saber que tiene derechos. Hoy  las marcas que quedaron en su cuerpo le recuerdan todos los días lo que tuvo que vivir. Intenta sonreír pero no es suficiente su llanto se apodera al recordar aquellos amargos momentos, se sintió tan usada, humillada y no confía en nadie pero quiere salir adelante y dejar atrás lo vivido, recoge parte de su relato.

En la provincia de Chimborazo, se trabaja en varias campañas contra la no violencia de género y lo que se pretende es hacer tomar conciencia a más mujeres y terminar con la violencia de género, varias se visibilizaron el 25 de noviembre, Día de la no violencia contra la mujer,  no solo con palabras sino con acciones que ayuden a erradicar esta problemática social.  Gabriela Saltos para El Diario de Riobamba

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