EDITORIAL.- No hay duda. El Ecuador decidió por la juventud y la libertad, más no regresar a un pasado de corrupción y persecución.
Daniel Noboa Azín, fundó su partido ADN apenas el año pasado y hoy remonta las preferencias en las urnas con una figura fresca, limpia y llena de esperanza para el País.
De palabra corta, puntual y directa, demuestra que los viejos políticos oradores de tarima, los gritos, amenazas y discursos estigmatizantes ya no están de moda. Los electores y los tiempos son otros. La gente prefiere paz, trabajar sin ruido político ensordecedor. Este domingo le ha dicho NO al odio.
Ecuador comienza una nueva era, donde debe primar la reorientación de los partidos políticos hacia las necesidades democráticas de la población, más no al revanchismo, intimidación o fomento a las prácticas ruines del descrédito.
El País ve en jóvenes líderes una esperanza de reflexión, análisis y debate propositivo encaminado a solventar los grandes desafíos como son: la inseguridad, el desempleo, la falta de espacios de acción para el desarrollo, la desnutrición crónica infantil, la mejora constante en el sistema de educación escolar, secundario y universitario, el apoyo al emprendimiento y la solución a las inmensas necesidades insatisfechas de la población en cada uno de los gobiernos locales.
Noboa, tiene un enorme reto, de hacer bien las cosas, librar la batalla contra la corrupción, desterrar el narcoestado, reformar la carta suprema que para muchos es garantista de los derechos de los malos sobre los buenos y rehacer un sistema judicial con una verdadera participación ciudadana sin tintes politiqueros con ligas azules.
Daniel, ha sido llamado por la historia para demostrar que una nueva generación puede combatir las viejas prácticas corruptas amañadas por gobiernos que nos han robado todo…hasta la esperanza.
