Opinión.- El Cambio Climático y la Economía Verde Por: Ing. Alfonso Burbano A.*

Actualidad Editorial

“EL CREER QUE LA NATURALEZA ES LA BELLA ESCLAVA DEL HOMBRE Y SE PUEDE MALTRATARLA DE UNA FORMA IRRACIONAL, NOS HA CONDUCIDO A SU DEGRADACIÓN”,  Bacon

La situación ambiental que vive nuestro planeta y los seres vivos que lo poblamos, obliga a que nuestro principio de conservación, determine que todos o casi todos reflexionemos sobre nuestro comportamiento frente a la biosfera que nos rodea, aunque nos angustia y desespera el conocer la presencia de temperaturas extremas, causantes de clamorosos incendios que arrasan con el verdor purificador del aire, elevación de los niveles de agua de los mares por el derretimiento de los glaciares, presencia de inundaciones, cambio de vida y virulencia de los microorganismos que nos atacan, polución y contaminación del aire que respiramos, presencia de nuevas enfermedades cada vez más agresivas, conjunto de agentes  causantes de catástrofes que para enfrentarles debilitan la estructura técnico socio económica con resultados tóxicos para el bienestar de un país.

Entonces hay preguntas obligadas que surgen ¿cómo resolver este macro problema? ¿a qué plan de desarrollo apostar para mitigar y proteger la naturaleza? ¿qué energía generar? ¿qué programa económico impulsar? ¿qué nuevas orientaciones se deben implementar para la región?

Los daños causados por el cambio climático en América latina, se están presentando con rudeza, aunque nadie duda que la agresividad irá en aumento con alguna excepción de las regiones más vulnerables a los eventos climáticos extremos. La actividad  productiva y en consecuencia la económica, también se encuentran demostrando sus negativas consecuencias, con efectos directos sobre la técnica, el turismo, la industria, el comercio, la salud, la sociedad y el empleo. Aunque los efectos del cambio climático parecen inevitables, debido a la falta de comprensión de los países más industrializados, génesis del desequilibrio ecológico, que se muestran renuentes a dimensionar y mitigar los efectos del problema.

En este contexto, la iniciativa de una “economía verde” o sustentable, puede presentarse como una estrategia global a mediano y largo plazo. Será un debate abierto que debe despertar supuestas predicciones y tensiones, por lo que puede implicar para las economías de los países menos desarrollados en términos de nuevas barreras comerciales y por la necesidad de incorporar con mayor fuerza las agendas sociales, hasta el momento no tan visibles.

Esta época de inquietud, riesgo y aún falta de confianza requiere decisiones sociopolíticas, de información y técnicas a nivel internacional, nacional y local que jueguen un papel muy importante, la acción de las organizaciones sociales serán definitorias para dar rumbo diferente a lo que ocurre actualmente en pro de la defensa de nuestro planeta, de la salud y con ella, del desarrollo mundial.

*Ingeniero agrónomo, máster en Riesgos Laborales, Consultor Internacional en Desarrollo Rural, Investigador, docente universitario, ex Prefecto de Chimborazo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.