Científicos de Argentina y Ecuador presentaron una nueva especie de lechuza gigante que vivió en Sudamérica hace 40 000 años, informó este lunes la agencia de divulgación científica de la Universidad de La Matanza.
Se trata de una especie de unos 70 centímetros de alto y de 1,50 metros de envergadura cuyos fósiles fueron hallados en una cueva de la provincia de Chimborazo, en el centro de Ecuador, a 2800 metros sobre el nivel del mar en la llamada Quebrada Chalán.
“Una de sus particularidades es que al parecer tenía predilección por consumir otras lechuzas de menor tamaño”, explicó el paleontólogo argentino Federico Agnolin, uno de los autores del estudio publicado en la revista científica Journal of Ornithology. Los fósiles fueron hallados en exploraciones realizadas entre 2009 y 2012 por el departamento de Biología de la Escuela Politécnica Nacional de Quito.
“En este yacimiento tuvimos suerte de encontrar antiguos dormideros de aves rapaces cubiertos por sedimentos entre los cuales había restos fósiles de ratones, musarañas, conejos y mucho material de aves”, detalló el paleontólogo ecuatoriano José Román Carrión, coautor de la investigación.
La nueva especie, llamada Asio ecuadoriensis, “consumía especialmente otros tipos de lechuzas, lo que nos muestra que esta lechuza gigante era prácticamente lo que podría llamarse una lechuza caníbal”, dijo Agnolin, investigador del Conicet, el mayor centro estatal de investigación científica de Argentina.
Carrión destacó que la Quebrada Challán es un valioso yacimiento de restos fósiles en cenizas volcánicas de entre 20 000 y 42 000 años de antigüedad que corresponde al Pleistoceno tardío. “Actualmente, los páramos en Ecuador se encuentran a más de 4000 metros de altura, pero en aquel entonces estaban a una altitud mucho menor porque era el final de la Era de Hielo y el clima era mucho más frío”, explicó.
La nueva especie “es un pariente cercano de lo que hoy se conoce como lechuzones orejudos por sus penachos de plumas que recuerdan a orejas o pequeños cuernitos”, explicó Agnolin. Los científicos aún no saben por qué despareció pero lo asocian a dificultades de adaptación a los cambios climáticos.
“Pensamos que el cambio climático que ocurrió hace unos 10.000 años, cuando concluyó la Era de Hielo, responsable en parte de la extinción de los grandes mamíferos, también fue responsable de la extinción de estas grandes aves predadoras de las cuales quedan en la actualidad muy pocas especies, como las grandes águilas de las selvas y los cóndores andinos”, concluyó Agnolin. Fuente Agencias