Crónica del Dia: Riobamba, La sonrisa del cielo….

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Los buenos fotógrafos recomiendan madrugar y disparar una cámara sobre las cinco de la mañana, esa luz es – particularmente hermosa – para retratar un paisaje, Riobamba despierta en medio de una emergencia sanitaria que aún tiene a muchos despreocupados, asustando a una mayoría que, de a poco, entiende que esto del coronavirus no es un juego.

Están casas que superaron el siglo y calles empedradas como nos contaron los libros de historia; hay viviendas pequeñas y otros edificios majestuosos bonitos, ambos abrigados por una luz artificial amarilla y tenue además por los primeros rayos del sol, mientras una noche «mojigata» sabe que debe volver a guardarse, esta vez sin sus amigos bohemios que tratan de llegar a casa, es discreta y su vida por hoy va terminando…

Las piedras de las calles reflejan luces y brillan, sólo un taxi de un madrugador las incomoda, pero pasa rápido pues parece que pidieron su servicio, no es la primera vez que caminas entre amplias calles de la ciudad donde todo empieza, pero esta vez es diferente, sientes el abandono y no hay eco de voces que se activan para una jornada más.

Continúas y es lo mismo, soledad con tristeza en medio de la emergencia, es madrugada claro está, pero en otras ocasiones, te cruzabas con obreros, comerciantes, estudiantes, amas de casa con pijama buscando el pan de La Vienesa, hoy nadie sale, un día más de lucha contra el virus y la indisciplina de muchos.

Hay portones y puertas enrollables; puertas de madera y seguridad extremas en algunos comercios; paredes bonitas y otras con grafitis; balcones coquetos y frisos; columnas y tejas; ventanas con vidrios rotos y cerramientos remodelados; algunos, solo con remaches y el silencio te “aturde” y vuelves a ver detrás….

Caminas y te acompaña la Nikon, desde que vivo en el campo llegar al centro de Riobamba me confunde, lo evito de forma permanente, ahora, en medio de la crisis, lo he disfrutado entre un aire nuevo difícilmente aspirado con una mascarilla, así como es complicado tener guantes de látex en tus manos que se sienten prisioneras…. la falta de costumbre entre la precaución.

La Catedral, es testigo silencioso de otra etapa más en Riobamba, cuántas cosas han pasado en su delante, millones de huellas en su atrio y la historia de la ciudad de San Pedro en su frontis de piedra, el Patrono actúa prudente, las campanas detienen algo de la luz que llega desde los #Altares.

Hay sombras y contraluces, tonos naranjas y, según pasan los minutos, calles más claras que se desperezan, Maldonado está imponente como siempre, fue luego, cuando descargue las fotos en casa, que me di cuenta que la luna coqueta hacía como que el cielo tuviese una sonrisa blanca, que en medio de la desesperanza del Coronavirus también me permito sonreír, al que “madruga” Dios le ayuda…la abuela otra vez tuvo la razón.

By. Marcelo Jijon Paredes – editor

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