El Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural entregarán el próximo 20 de diciembre, la certificación de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), la entrega se realizara durante la sesión solemne por los 174 años de cantonización de Guano,a los artesanos tejedores de alfombras de este cantón de la provincia de Chimborazo.
Este documento es uno de los requisitos previos para avanzar en el proceso de incorporación de esta técnica artesanal en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador PCI. Esta gestión es impulsada por la comunidad de tejedores de alfombras y el GAD Municipal de Guano, quienes en los dos últimos años han trabajado junto con el INPC en el registro y actualización de la ficha de esta manifestación cultural, dado el creciente interés por innovar su labor artesanal para las nuevas generaciones. Hace pocos meses, Segundo Colcha y su esposa Delia Llongo, junto con otros cinco familiares, hicieron noticia en varias publicaciones del Ecuador, porque llegaron a tejer a mano la alfombra más grande del Palacio de Najas, actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad en Quito. La pieza decorativa alcanza los nueve metros de ancho por 16,50 metros de largo y fue ubicada en el salón de los próceres de este edificio patrimonial.
El Dato:
En el siglo XIX, el tejido de alfombras empiezo a formar parte de la economía guaneña, que inició con la confección de pequeños tapetes llamadas ‘guarlapas’, las cuales eran utilizadas para la montura y protección del caballo, producción que se la realizaba de manera individual o familiar, dejando de lado la explotación laboral que significó el trabajo en los obrajes.
Además, se conoce que en la época colonial se fabricaron alfombras para las iglesias católicas de la sierra, muestra clara de su duración y valor. Con la llegada del siglo XX y la incorporación de telares más grandes, hiladoras que se encargaban de realizar hilos más finos o gruesos, (ya que de esto dependía la duración de la alfombra), una mejor calidad de la materia prima (musgo, cochinilla, rumi barba, tocte y algas), la producción de alfombras aumenta y empieza ocupar lugares destacados de comercialización de este tipo de productos.
Pero fenómenos naturales como el terremoto de Ambato en 1949 provoca el descenso de la producción de estas alfombras. De manera paulatina, en la década de los 60’s, los artesanos retoman la elaboración de alfombras y vuelve a convertirse en un oficio familiar, que llegó a tener alrededor de 40 talleres de alfombras con 10 a 15 empleados cada uno. Al contar con nuevas tecnologías los artesanos realizan nuevos diseños, pero mantienen el diseño a mano, y para ello utilizan la técnica del tejido en nudos que adoptaron los artesanos alfombreros españoles. Cada nudo enlaza una urdimbre, o hilo, el mismo que es cortado para empezar a realizar el proceso en otro hilo, cuando se forma una línea de nudos, el artesano pasa un hilo a lo ancho de la alfombra entre todas las urdimbres, a este hilo se lo golpea hasta que se pierda entre los nudos y las urdimbres. El número de nudos varía por el tamaño de la alfombra, lo que puede ser entre 2.000 a 600.000 nudos, etc. En el último cuarto del s. XX la exhibición y venta de alfombras se focalizó en la cabecera cantonal, pero otros artesanos decidieron migrar con sus talleres a otras ciudades del Ecuador como Quito, Riobamba y Tulcán.
La calidad artesanal de los alfombreros de Guano también se expandió a nivel internacional y muchas de estas piezas se han instalado en Alemania, Francia, Colombia y Estados Unidos, un ejemplo destacado de estas piezas hechas a mano está ubicado en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. La calidad y diseño de las alfombras de Guano forman parte de la identidad cultural de los guaneños, cuya técnica artesanal ha sido compartida entre varias generaciones, quienes en la actualidad luchan por resaltar el valor artístico y cultural de estas piezas artesanales en el competitivo mercado de las alfombras.
Fuente Gad de Guano