Los resultados de las elecciones del pasado 11 de abril del 2021, dan cuenta que los aliados de última hora, serían los grandes perdedores del proceso electoral.
Luego de conocerse los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 11 de abril, las fuerzas polìticas en Chimborazo se re acomodan. Los acertados o fallidos cálculos electorales, dejan una nueva configuración de fuerzas, según el análisis de Javier Chiliquinga, analista de datos de Sociopolítica.
En diálogo con el Diario de Riobamba, Javier Chuiliquinga confirma que “solo una organización política ha logrado mantener su fuerza por sí misma, aunque en segunda vuelta tuvo que decantarse por la alianza con CREO. Las cuatro fuerzas políticas “realmente ganadoras” en 2019 ya no son las mismas y su futuro depende mucho de sus acciones y alianzas en los próximos dos años antes de las elecciones seccionales del 2023. En 2019 ganaron: CAMBIO, MINGA, CREO y PSC; por otro lado, las fuerzas que llegaron a la asamblea en 2021 son: PK, CD (correísmo), UE y MINGA. Hay un repunte ideológico de la propuesta plurinacional no vinculada al correísmo a nivel local, así como una emergencia del correísmo de nuevo. CREO y PSC por sí mismas no tienen el éxito suficiente a nivel local, su salvación es el techo presidencial con el éxito de Guillermo Lasso en la segunda vuelta para la presidencia de la República”.
En un análisis anterior de Sociopolítica se identificaron cuatro fuerzas políticas de hace dos años, una de las conclusiones analíticas a las que se llegó con base en los datos fue:
“Chimborazo tiene entre sus cuatro principales fuerzas a OP de la derecha (CREO, PSC, MINGA, CAMBIO), estas han sabido captar el voto por medio de alianzas con caudillos locales que tienen bajo el brazo sus organizaciones políticas como plataforma de negociación para los acuerdos con los partidos nacionales.” (Chiliquinga Amaya, 2020)
Antes de continuar con el análisis hay que hacer un par de precisiones. MINGA no puede considerarse de derecha porque en realidad su base y composición popular hace que esté más cercana a un clientelismo con bases étnicas locales bastante bien organizadas en torno a la institucionalidad territorial micro y meso. La dirección de MINGA tiene más signos de comprender el rol de “animal político”; esta organización política ha cambiado su alineación así: durante los 10 años de correísmo se mantuvieron fieles a Correa y ahora han elegido una alianza con el candidato ganador en 2021 (Lasso). CAMBIO por su parte no puede considerarse ideológicamente orientado, es más: antes que cálculo político usa la capacidad de veto familiar para tomar decisiones, ello le ha llevado a dar pasos erráticos: apoyó a Lasso hasta el 2019 de manera abierta, mismo apoyo semi velado en 2020 y cambio ideológico en 2021 hacia el correísmo con el apoyo a la candidatura de Andrés Arauz, al final ha quedado en posición de desventaja.
En 2019 la disputa era local y las alianzas con los partidos nacionales fueron importantes para la distribución de los recursos a una escala micro. En 2021 la dinámica es nacional y las alianzas también obedecen a otros factores, uno importante es el techo presidencial; la correlación del éxito electoral y tener una alianza con un candidato a la presidencia se estableció en una publicación anterior de Sociopolítica (Chiliquinga Amaya, 2021). En síntesis, mostramos que a un techo nacional fuerte se le correlaciona un resultado local similar. Los resultados del 7 de febrero del 2021 corroboraron nuestra hipótesis.
Los dos casos que escapan a ese factor explicativo obedecen a otros factores que no cambian la tendencia desde el año 2002. MINGA tiene una amplia red clientelar en la provincia, con fuerza suficiente para poner un asambleísta por sí solo, pero en la segunda vuelta sí se decantó por la alianza con CREO. Unión Ecuatoriana en cambio tiene un líder carismático de corte populista sin base ideológica clara, su impacto en las redes sociales fue importante desde el año 2019.
En 2021, dos de cuatro organizaciones políticas tuvieron techo (CD y PK) y ambas entraron. La ID, tuvo un buen techo nacional y logró elevar su resultado electoral, aunque no entró a la Asamblea Nacional. La ID y Centro Democrático comparten factor explicativo, en ambos casos sus votos no fueron movilizados por méritos propios de las candidatas locales, Mónica Loza y Patricia Núñez respectivamente, sino por el gran empuje de su candidato a la presidencia de la República. El mérito de las candidatas está en haberse ubicado en la facción interna de sus respectivos movimientos que estuvo a cargo de la selección de las candidaturas nacionales, bien por fidelidad o por suerte.
Toda aquella organización política que no tuvo techo o eligió un techo débil obtuvo un residuo negativo en el resultado electoral. Lo contrario ocurrió con quienes poseyeron un techo fuerte.
Ahora bien, más allá de los datos numéricos hay que pasar a las consecuencias políticas locales. Para ello se debe comparar la posición de las fuerzas del año 2019 con las del 2021 en Chimborazo.
Solo MINGA ha logrado mantener su rol protagónico en el mapa local sin necesidad de un techo presidencial, ello muestra su fortaleza de redes locales para administrar el poder y los recursos administrativos y materiales a nivel local. PK y CD dependerán de sus movimientos nacionales y pactos locales. UE aparece como eslabón débil que puede jugar un rol dirimente en la Asamblea si las alianzas en el legislativo no llegan a configurar mayorías fuertes y no dependientes, aunque también podríamos ver su repliegue a alguna dignidad local en 2023.
Como conclusiòn, Javier Chiliquinga, señala que “los saldos en Chimborazo han dejado fuera a CAMBIO y parcialmente a CREO y PSC, sobre estos dos últimos no se puede afirmar que se los deja de lado al 100% porque en la segunda vuelta del 11 de abril de 2021 han alcanzado la presidencia de la República con su candidato Guillermo Lasso, su fuerza electoral radica en los sectores mestizos urbanos de Riobamba. En Chimborazo, el correísmo ha ganado terreno en la zona más cercana a la costa, aunque también en las zonas urbanas de clase media de Riobamba. PK también tiene un ascenso muy considerable sobre todo en las zonas rurales e indígenas, aunque no se debe perder de vista su competencia directa de lealtades locales: MINGA.Por último, el novedoso fortalecimiento de la ID a nivel nacional brinda ciertas condiciones de posibilidad para negociar también a nivel local, aunque si sus dirigentes locales no saben usar su fortaleza eficiente y rápidamente pueden quedar fuera de la disputa de sentido que va a tener lugar en los próximos dos años, antes de las elecciones seccionales del año 2023. Fuente Sociopolítica