Un apasionado de las montañas, Vinicio Mejía, sostiene que, “el montañismo permite poner tu cuerpo donde tus ojos vieron y tu mente soñó, que tiene su magia el preparar el equipo y planear la ascensión, el subir laderas con amigos por los que te jugarías la vida de ser necesario y llegar a la cumbre donde te sientes feliz y a la vez pequeño contemplando la inmensidad de la creación de Dios.”
Las montañas albergan el 15% de la población mundial y aproximadamente la mitad de la reserva de la diversidad biológica del mundo. Además, suministran agua dulce para más de la mitad de la humanidad. Su conservación resulta clave, tal cual especifica el Objetivo 15 de los ODS. Sin embargo, se encuentran fuertemente amenazadas por el cambio climático y la sobreexplotación.
A medida que los glaciares de montaña se derriten, los habitantes de las alturas —entre los más pobres del mundo— afrontan mayores dificultades para sobrevivir a causa de los desastres naturales. Este creciente interés acerca de la importancia de las montañas llevó a la Asamblea General a declarar 2002 como Año Internacional de las Montañas, factor que impulsó que, en 2003, se celebrase el primer Día Internacional. Sin embargo, el principal hito se remonta a 1992, cuando el documento “Ordenación de los Sistemas Frágiles: Desarrollo Sostenible de las Zonas de Montaña” (capítulo 13) fue incluido en el Programa 21, un plan de acción sostenible promovido por Naciones Unidas.
El Coloso
En nuestro caso particular destaca el Chimborazo, la montaña más elevada del Ecuador, y del planeta, medida desde su centro. El coloso mide 6.310 metros de altitud y está rodeado por un inmenso arenal con un páramo más bien seco, diferente a la mayoría. La reserva, sin embargo, provee de agua a las tres provincias donde se asienta: aquí están las fuentes que alimentan a los ríos Ambato, Chambo y Chimbo. Las aguas del Chimbo terminan en el gran río Guayas, vínculo que está representado en el Escudo Nacional. La conexión entre el Chimborazo y el río Guayas es símbolo de la unidad entre Costa y Sierra.
En galería de fotos, imágenes del Carihuayrazo, cortesía, Vinicio Mejía.